Cada 1° de mayo, día en que conmemoramos la lucha de los mártires de Chicago, nos recuerda que cada derecho conquistado por el movimiento de trabajadores y trabajadoras fue producto de un proceso de larga confrontación, marcada por violencias y fuertes represiones. Nada fue otorgado y/o reconocido desde la mera buena voluntad.  Nada cayó del cielo.

Hoy en día, el avance de la ultraderecha en nuestro país amenaza con llevarse todo por delante, bajo el viejo discurso d

e permitir el juego libre de la oferta y la demanda. Ya conocemos las consecuencias: un derecho laboral degradado, un aumento de la precariedad y la desocupación. A su vez, se continúa con una estigmatización a todo aquello vinculado con lo colectivo, sean sindicatos u organizaciones sociales. 

Esta amenaza se produce en un contexto de por sí complicado para los trabajadores y trabajadoras. Los salarios se ven rezagados y pierden su poder adquisitivo frente al ritmo acelerado de la inflación. Además, una alta proporción de la población trabajadora se inserta en la economía informal y popular, donde los ingresos son menores y las protecciones escasas. 

Las dificultades del mundo del trabajo afectan de diferente manera a las mujeres y personas LGTBIQ+. Las tareas de cuidado y domésticas, a cargo de las mujeres, no son reconocidas como trabajo (doble jornada laboral), constituyen un obstáculo para su desarrollo profesional (techo de cristal) y, por lo tanto, en su nivel de ingresos . Por su parte, las personas trans se ven aún más limitadas en sus posibilidades de encontrar un empleo de calidad. 

En este 1° de mayo, desde Democratización RT renovamos nuestro compromiso por la defensa de los derechos y conquistas de los/as trabajadores/as. También, abogamos por derechos más inclusivos, que eliminen toda diferencia y discriminación en contra de las mujeres y personas LGTBIQ+, que protejan a los/as trabajadores/as de la economía informal y popular.

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