No esperábamos demasiado, es cierto. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, aunque se cambien el nombre, adopten una lógica “duranbarbeana” de comunicación (que incluye foto personal en el primer correo institucional) y pretendan desembarcar recurrentemente como “lo nuevo”.  

Aun así, sin sentarse del todo en el sillón, en sus primeros pasos, la gestión Nogueira logró lo inesperado: una decepción de quienes no estaban siquiera ilusionados con nada. 

De alguna manera, una nueva gestión es un nacimiento, tal como señaló Pablo Alabarces en la apertura del acto de asunción de las nuevas autoridades. Un nacimiento puede ser, en política, un modo distinto de hacer las cosas. Pudo ser, de entrada, una oportunidad extraordinaria de taparnos la boca a quienes los miramos con el rabillo del ojo. Una ocasión de mostrar algo diferente en el marco de un espacio mayor en el que confluimos (Sociales en Movimiento) y en el que apostamos a la reconstrucción de nuestra comunidad.   

No obstante, tres hechos iniciales de esta semana sumieron en el hastío a los pocos optimistas de esta suerte de vuelta de la lógica aprendida con Héctor Angélico. Tres (3) hechos en una (1) semana. 

Uno: usar el fallecimiento del querido Federico Schuster y la comunicación de rigor, para propagandizar en el mismo mensaje ¡con nombres, apellidos y cargos! supuestas acciones y logros de gente de su espacio. 

No vamos a desmentir, opinar, ni aclarar nada de la cuestión en sí, porque no vamos a caer en lo mismo. Eso no se hace. Hay límites. 

Dos: los espacios cercanos a la Carrera (de todos/as) fueron repentinamente copados por completo por la agrupación UES. ¿No es lo mismo que criticaron a la gestión anterior? 

La Carrera y su imagen institucional pertenecen a toda la comunidad de RRTT. Los mismos reclamos que hicimos oportunamente, los volveremos a hacer. 

¿Ustedes se imaginan que en el ANSES te reciban con una pechera de La Cámpora? Esa lógica de apropiación es lo que hizo el PRO al teñir de su color partidario los espacios públicos de la CABA. 

No es correcto ni democrático asimilar el ingreso a las puertas de la Carrera con el nombre y colores de una agrupación. Constituye una apropiación indebida del espacio público, perjudica el conocimiento de otros espacios políticos y utiliza el marco institucional para beneficio propio. Eso tampoco se hace. La Carrera pertenece a la Facultad de Ciencias Sociales; si hay una propuesta de tener mayor espacio y visibilidad debe ser a través de las propuestas académicas, de investigación y de extensión. Pretender hacer imagen institucional con pizarras y colores es sólo una escenografía que los presenta como la continuación de la gestión anterior.

Tres: el discurso inicial estuvo cargado de soberbia, revanchismo, narcisismo y escasa memoria. A contramano de los discursos de las autoridades electas de las demás Carreras, de la apertura de Pablo Alabarces y de las máximas autoridades electas, Nogueira eligió la pequeñez de referir a cuestiones de la interna parroquial de RRTT (que, por cierto, nadie entiende en ese ámbito), vanagloriarse a sí misma, proferir una suerte de menciones y agradecimientos selectivos; para culminar en el delirio de auto-compararse con Néstor Kirchner mediante el uso de una de sus frases más reconocidas (“no vine a dejar mis convicciones…”). Resulta un poco desmesurada la comparación para quien no llegó allí por su trayectoria docente, ni de investigación, ni de gestión en el ejercicio profesional. 

En ningún discurso se hizo referencia a agrupaciones, salvo en el suyo. Todas las Carreras tienen espacios políticos, disputas más o menos razonables, miserias, acuerdos y tensiones internas. No era el momento ni el lugar para hablar de ello. Con sus diferencias, en todos los discursos se mencionó un esbozo de política académica. No hubo tal cosa para RRTT. 

La mención arbitraria de cuatro exdirectores negó e invisibilizó a todos los demás que pasaron por la gestión de la Carrera, inclusive a los/las que ella misma militó y con quienes su espacio participó y compartió la gestión. Esta actitud revela un sectarismo, revanchismo personal y falta de mirada amplia y democrática. 

Negar a un ex director y profesor querido y recordado por la comunidad de RRTT como Jorge Mosqueira es francamente inaceptable. Hemos compartido momentos, listas y también hemos disentido mucho con Jorge. Lo que nunca haríamos es negarlo u omitirlo.

En su monólogo, cual Stand Up, no se privó de mencionar una lista -también selectiva- de agradecimientos estrictamente personales (en un momento creímos estar participando en una entrega del Martín Fierro). 

Llamativamente, no tuvo una sola palabra de agradecimiento para la UES, alianza por la que hoy es directora. No le alcanzó con colocar en el padrón a profesores jubilados para luego volver a sacarlos. Tampoco bastó con sumar docentes al padrón de graduados/as quienes antes de dar una sola clase en RRTT fueron a votarla. 

Necesitó de la UES y, con ello, traicionar los principios del espacio político mayor de articulación en la Facultad  (Sociales en Movimiento) y del cual la UES es claramente oposición. 

Necesitó de la UES para ganar porque su espacio nunca tuvo una política propia para el estudiantado. Sin la UES no ganaba y fue a los únicos a los que no les agradeció públicamente. 

No parece un gran modo de comenzar. 

Desde Democratización RT llamamos a la reflexión a la flamante directora. La gestión es de su espacio político. La Carrera es de todos/as. Es una gran diferencia. 

Tal como hicimos siempre, estaremos presentando proyectos, fundamentos, argumentos, ideas y acompañando toda gestión que mejore la situación de la comunidad académica de RRTT en diálogo y articulación con las demás Carreras de nuestra Facultad.

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