Ya aprendimos hace mucho tiempo que el 8 de marzo se conmemora el aniversario en el cual 129 trabajadoras murieron en un incendio provocado por su empleador en una fábrica de Estados Unidos. En estos últimos años, la nueva ola feminista ha decido reivindicar en esta fecha los derechos que aún nos faltan a las mujeres trabajadoras.

El 8 de marzo nos convoca a pensar cuáles son las demandas pendientes. ¿Qué tenemos para decir como estudiantes, graduados/as y docentes de RT?

En esta oportunidad, nuestra mirada recae sobre la feminización de las tareas vinculadas al cuidado. En octubre de 2022, el INDEC publicó la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2021 (ENUT). Antes de adentrarnos en los resultados, celebramos esta herramienta que nos permite “reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidado no remunerado como condición para lograr la igualdad de género” (ENUT, 2022).

¿Cuáles fueron los resultados de esta encuesta?

En el informe se observa que un 91,7% de las mujeres le dedican 6:31 horas promedio a las tareas, mientras que el 75,1% de los hombres le dedican 3:40 horas promedio. Además, en el trabajo remunerado, las mujeres son quienes realizan más de una actividad en simultáneo. La sobrecarga de tareas también se traduce en lo denominado “carga mental femenina”. Desde aquí podés acceder a los resultados del informe final. A su vez, la mayor dedicación de las mujeres a tareas domésticas y de cuidado repercute negativamente en sus carreras laborales, profundizando la desigualdad de género en el mundo del trabajo.

¿Qué sucede puertas adentro?

Si bien la Facultad dictó asueto para el 8M, estamos muy lejos de alcanzar una igualdad y paridad de género. De manera particular, en nuestra Carrera, se dice mucho pero se hace poco. En una práctica conocida como pinkwashing, se muestra una imagen que apoya y defiende los derechos de las mujeres y disidencias. Sin embargo, en la práctica se sostienen acciones que reproducen lógicas patriarcales de poder.  

Un ejemplo de este doble discurso fueron las optativas 2023. Desde la gestión se sostuvo que todas las materias optativas deberían tener perspectiva de género. ¿Qué implica esto? No se sabe, porque ni siquiera se discutieron criterios acerca de lo que se considera una materia con perspectiva de género. El debate no es tan sencillo, dejamos algunas preguntas a modo de interrogante. Para tener perspectiva de género, ¿es necesario agregar contenidos? ¿modificar los existentes? ¿incorporar autoras mujeres? ¿cuántas? ¿mientras la autora sea mujer es perspectiva de género? Decirlo en redes es muy fácil, pero abrir un verdadero debate requiere un trabajo serio y no fue lo que se hizo.

¿Otro ejemplo? Ni la gestión a cargo de Mariana Nogueira y la UES ni Prioridad RT apoyaron la única materia propuesta sobre trabajo y diversidad sexual. Además, dieron de baja la materia de acoso laboral que ya se dictaba y se encontraba incorporada en el círculo feminista. Las prácticas de disciplinamiento a personas que no se someten mansamente son propias de una lógica machista, independientemente de si las ejerce un hombre o una mujer.

En la asignación de cargos docentes, por colocar otro ejemplo, continúa el techo de cristal; gran parte de las trabajadoras docentes continúan en cargos subrogados sin ser reconocidas por su trabajo ni dedicación, tanto en términos económicos como simbólicos. En el dictado de las materias, cabe preguntarnos cuántas autoras mujeres se han leído, y a cuántas otras se les motiva y estimula a escribir.

Desde nuestro lugar en RT, cada cual puede avanzar un poco más en la lucha de los derechos de las mujeres y disidencias trabajadoras. Un primer paso para disminuir la desigualdad es comenzar a hablar de ella y accionar en consecuencia.

Por una discusión seria, abierta y  franca sobre la  perspectiva transversal de género en todas las materias

En contra de la utilización de las luchas feministas para marketing personal 

Por eliminación de toda violencia y discriminación contra todas las mujeres y disidencias

Por un reparto equitativo de tareas de cuidado

Por un jardín maternal en la Facultad

¡Este 8M nosotras paramos!

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